Aaron Fisher, es sin lugar a dudas un mago distinto. Había compartido con él un par de congresos, uno de ellos en Mexico DF en el 2009 y siempre me había gustado. Pero decidí invitarlo a Argentina, cuando hace 4 meses lo vi en un restaurante en Los Angeles, yo estaba comiendo en una mesa, y vi a un tipo haciendole magia a una camarera, cuando lo reconocí no podía creerlo era Aaron. Se vino a mi mesa y allí arreglamos el viaje.
Tipo simple, talentoso y verborrágico. Magicamente, una rara mezcla de la exquisita técnica americana y la endiablada presentación tamariciana. Había momentos que me parecía estar viendo a Juan haciendo magia en ingles, de hecho me reconoció su absoluto admiración por quien él considera el mejor mago del mundo.
Una vez acá en el Día Mágico, luego de rescatar del aeropuerto a un mago en bermudas, remera y sandalias que estaba siendo recibido por los 6 grados centígrados de Buenos Aires, me encontré con todo lo que Aaron podía darnos. Un mago enorme, un artista con formación extra mágica realmente notable. Un tipo formado en la comedia, el stand up y la actuación, que maneja su entradas y salidas de su personaje mágico a piacere, haciendo estragos entre el público profano y mágico, gracias a esa herramienta que él dice desconocer de si mismo.
Es una suerte de pelicula cada una de sus presentaciones, el tipo te mete en su comedia, te empieza a hacer su juego de magia, luego te saca del foco de atención con una lúcidez tremenda, maneja una "mistdirección mental" que poca veces vi y te vuelve a meter en su magia cuando el pollo ya está servido en la mesa y con fritas, mientras él ya te está preparando el postre, para dejarte totalmente lleno. Esta herrmamienta, no es menor a su calidad tecnica impecable y como él dice "es una persona que vive a los saltos".
Mañana nos vamos a Chile, compartiremos un congreso alli y seguramente tambien será inolvidable. Hoy nos despedimos de Buenos Aires, donde casualmente volvio a hacer lo mismo que en Los Angeles, magia a los camareros y clientes de la parrilla El Puentecito en mi querido barrio de Barracas. El hombre no puede parar de hacer magia, en un momento de la comida, le dije "Aaron tu ingles repleto de slams se me hace muy dificil, pero si ademas comes y haces magia al mismo tiempo, es mucho mas dificil entenderte, obvio no me di ni pelota y siguió a los saltos durante todo el almuerzo. Un fenomeno que dará que hablar.
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